Malasia para principiantes
Malasia es el marco de varias de nuestras novelas, y un país que conocemos muy bien. De hecho Enrique vivió cinco años ahí y no desaprovecha ninguna ocasión para cantar alabanzas sobre lo bonito que es y lo simpáticos que son los malayos. Esto es lo básico que debes saber sobre este país:
Echa un vistazo en Google Maps: Malasia se compone de dos partes, la península que cuelga al sur de Tailandia y que termina en Singapur, y la parte norte de lo que es la isla de Borneo, isla que comparte con Indonesia y Brunei.
Malasia era parte de la ruta de las especias. Hay que recordar que, hasta hace poco, la comida era más bien sosa y las especias eran lo único que le daban vidilla, además de disimular el sabor de la carne que había conocido mejores días.
Por ello Malasia siempre resultó un lugar apetitoso para los comerciantes. Por aquí han pasado primero mercaderes indios y chinos, y más tarde portugueses, holandeses e ingleses, según iban alternándose las potencias marítimas.
En general tanto holandeses como ingleses estaban poco interesados en "dominar" los territorios, y más en explotar sus intereses comerciales y sacar sus dinerillos. Por ello delegaron la gestión en compañías comerciales (la United Dutch East India Company y la East India Company).
Localmente se apoyaron bastante en los reyes y sultanes locales, quienes manejaban el cotarro económico en su nombre y quienes a su vez eran manejados como marionetas por los mandamases de los imperios. Esto significa que no dejaron una huella significativa en el sudeste asiático, como por ejemplo sí hicieron sus primos franceses en Indochina.
Para terminar con la historia, los japoneses invadieron Malasia y otros países del sudeste asiático durante la Segunda Guerra Mundial y cometieron todo tipo de barbaridades. Volvió el Imperio Británico brevemente, hasta otorgar la independencia en 1957 a Malaya. En 1963 Malaya se unió a Sabah, Sarawak y Singapur para crear Malasia. En 1965 expulsaron a Singapur de la confederación porque lo veían como un lastre.
Por cierto, ¿por qué hay tanto chino en Malasia y Singapur, si queda más bien lejos? Muy buena pregunta. Al desconfiar de los locales e indios y considerarlos poco hábiles para trabajos administrativos y comerciales, los holandeses e ingleses animaron a los chinos a emigrar a sus colonias. Esto provocó diferentes olas migratorias muy focalizadas, y explica por qué en Malasia y Singapur se hablan diferentes dialectos del chino.
De hecho esto sigue siendo uno de los principales problemas: poder económico frente a poder político. Los chinos han estado tradicionalmente más presentes en los negocios y, aunque son una minoría, sustentan un poder económico y social mayor del que su número sugeriría. Estoy simplificando mucho y es un tema complejo, pero es suficiente para entender el marco de algunas de nuestros libros como El arte de Charlie Chan Hock Chye y Estado de Excepción.
Lo cierto es que, al igual que Singapur, nos encontramos con un país extraordinariamente variado en etnias y religiones, y esa mezcla hace que sea un sitio tan fascinante.
Malasia experimentó un subidón económico en los setenta, cuando se cuadruplicó el precio del petróleo, y a partir de ahí ha estado persiguiendo el sueño de convertirse en un país plenamente industrializado, siempre mirando con recelo a sus vecinos singapurenses. Es un país de contrastes y poco uniforme. Si te paseas por Kuala Lumpur verás rascacielos impresionantes (incluido el segundo edificio más alto del mundo) y centros comerciales ultramodernos (uno de ellos con parque de atracciones y montaña rusa dentro del mismo centro), pero el país está lleno de rústicos kampungs (pueblos) donde la vida transcurre a un ritmo muy lento.
Malasia tiene un problema grave: es un país mayoritariamente musulmán (aunque es un islam bastante relajado) y hay lugares donde no hay cerveza. No hay situación más dramática que terminar un trekking de tres días en la jungla y que te ofrezcan un té tarik caliente como sustituto de una cerveza Tiger bien fría. Salvajes.
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